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Nuestra visión del mundo

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Seguramente en algún momento de tu vida te has dado cuenta de que has interpretado alguna cosa de forma peligrosamente errónea. Es muy posible que en alguna de estas circunstancias no conozcas el motivo real por el que no comprendiste, no entendiste, o simplemente juzgaste algo de forma equivocada.

Los orígenes de este tipo de confusiones suelen ser de tipo personal ("tenía un mal día"), o cultural ("en Jaén no pensamos así"). Si, alguien puede decir que el origen de las opiniones también pueden tener un componente colectivo ("los hombres no deben llorar") pero en realidad se trata de la adscripción (personal, voluntaria) de la opinión de un individuo a la de un colectivo.

Los errores de análisis que proceden de la identificación de un individuo, en principio libremente, con un colectivo no suelen ser reconocidos por quien los comete, no suelen proceder de la bondad ni del intento de hacer el bien. Es lo que normalmente denominamos "juicios de valor" en los que aparecen comportamientos xenófobos, racistas, sexistas o de infundada superioridad religiosa o cultural.

En este escrito, me centraré en los errores que lamentamos, intentando obrar de forma correcta.

Si intentas hacer el bien, este tipo de confusiones te producirán desasosiego. ¿Cómo lo arreglo? ¿Me equivoqué yo? Quizá has intentado salvarte a ti mism@, como me ha pasado a mí, en tu mente, vertiendo un torrente de razonamientos y reviviendo los detalles para intentar explicar el por qué no eres responsable. Quizá has intentado resolverlo de alguna manera y te has sentido impotente.

Los errores de juicio pueden llevarnos a situaciones perjudiciales en el plano físico y psíquico ("Mens sana in corpore sano"). Por si te sirve de algo todos nos equivocamos. Forma parte de nuestro proceso de aprendizaje.

El aprendizaje debe ser algo esencial en nuestra vida, si realmente nos damos cuenta de que para vivir es necesario evolucionar. Nosotros no somos nuestras opiniones. Las opiniones debe ser herramientas utilizadas con honestidad (no como armas dialécticas) para avanzar. Pero todas nuestras opiniones sobre el dominio de los hechos son erróneas y cuando descubrimos el por qué, estamos en situación de cambiarlas por otras mas elaboradas.

¿Queee? Si. Las opiniones sobre cuestiones relativas a los hechos y no a las ideas, no son perfectas. Pueden ser mas o menos convenientes. Pondré un ejemplo : "La sanidad debe ser Universal" es una opinión extendida y aceptada por una gran mayoría de personas. Creemos que es cierto e irrefutable. Lo mismo piensan personas de otros países (EEUU) sobre "La sanidad debe ser privada" y también creen estar en lo cierto y pueden argumentar largamente sobre ello.

Ya, ellos se equivocan, ¿si? Es posible, pero no es relevante realmente para la búsqueda del bien. Quizá en este caso concreto un análisis histórico de las opiniones podría ayudar a esclarecer que opinión es mas próxima a la verdad. Pero hablamos de proximidad, no de verdades absolutas. Hace tiempo leí no sé en donde que la interpretación del mundo se define por consenso. Esto es amargamente cierto, y por ello en la edad media era aceptado que existían las brujas y se las quemaba en la hoguera.

Nos puede parecer que la barbarie de la edad media fué una tragedia fruto de ideas ridículas que nadie tendría hoy día. Pero eso es un error grave de apreciación, porque no vemos con los mismos ojos los juicios erróneos que hacemos ahora mismo. Nosotros somos los antepasados bárbaros de nuestros descendientes. En nuestra historia reciente ya en el apogeo científico, pudimos ver el holocausto del pueblo judío y aún vemos atrocidades hoy en día. No podemos minimizar nuestra capacidad para equivocarnos como si eso fuese algo del pasado. Hacerlo, es realmente peligroso.

Pero, volvamos al tema que nos ocupa. ¿Que puedo hacer? Lo primero y mas importante se podría resumir en una frase: déjate morir. No luches por defender una interpretación de los hechos que te salve. La honestidad con quien somos realmente es la mejor inversión posible. Para tu alma, tu salud y tu equilibrio mental.

En muchas ocasiones el daño ya está hecho y no se puede arreglar. Si es posible hacer una reparación o pedir disculpas sinceras es necesario que primero te sinceres y te disculpes contigo mism@. Pedir disculpas no es una herramienta para sentirnos mejor porque hemos hecho lo correcto, para seguir siendo iguales y sentirnos a salvo. Las disculpas no son válidas si primero no te perdonas a ti mism@.

Perdonarse a uno mismo no es tan sencillo como parece. No es un Ego me absolvo. Para nada. Es un proceso profundo, duro e interior. Cada persona ha de hallar su camino, pero a mi me funciona visualizar a la persona que deseo ser y tenerme respeto a mi mismo. Y es muy posible que si lo hacemos correctamente, nos demos cuenta de que puede ser contraproducente o inútil pedir disculpas. No te preocupes, un cambio de mentalidad te dará futuras oportunidades en la vida para compensar ese error.

¿Porqué nos equivocamos? Las interacciones erróneas basadas en opiniones de tipo personal, muy frecuentemente tienen un origen muy simple: Nuestras vivencias particulares han conformado una visión del mundo y esto es un filtro en el que vemos las cosas a "nuestra imagen y semejanza". Casi siempre (no siempre, claro), todo lo malo que vemos en otros procede de nuestro propio interior: nuestras frustraciones, malas experiencias, miedos. Es por ello que cometer errores es una oportunidad fantástica para aprender mas sobre nosotros mismos.

Para terminar, también existen personas de la que podría decirse que "no se conoce ni una mala palabra, ni una buena acción". A veces creemos errar ingenuamente porque seguimos aplicando nuestra visión del mundo. Un gran daño heredado de las creencias religiosas de nuestra historia es la culpa. Hemos de eliminar este sentimiento nefasto de nuestro vocabulario emocional. Es una buena inversión en salud mental el reemplazarlo por concepto racional de la responsabilidad. Las emociones y en especial las negativas como la culpa (que sirvió y sirve para esclavizar las voluntades de los devotos en ciertas comunidades religiosas), nos hacen vulnerables a la manipulación.